jueves, 18 de agosto de 2011

Me encantaría ser aquel globo perdido en la deriva, tan inocente, tan despreocupado.

Miles de sueños perdidos, con ellos miles de globos flotan perdidos en la deriva de aquello lamado espacio. Tanto tiempo perdido en soñarlos. Tanto desperdiciado en intentar lograrlos, y ¿para qué?. Tan solo para que te quede el recuerdo de que algún día soñaste aquello que tanto daño te ha hecho, pero que ahora sin embargo sigues soñando, quizás no de la misma manera pero sabes que ese sueño sigue estando ahí, sabes que él sigue estando ahí. Por mucho que lo niegues lo sabes perfectamente, sabes perfectamente que sigue ahí, él, su recuerdo, sus ojos, sus palabras dañinas y bonitas clavadas en tu corazón como estacas en la carne desgarrada por tu dolor. Ciega; pequeña persona que no ve lo que tiene delante, yo, que no lo ví pasar, dejé que el tren de luces de colores pasará delante de mis miseros ojos sin ni siquera aver hecho un mínimo esfuerzo por montarme en él, dejé que aquellos globos se me escaparan de las manos para poder flotar y ser libres sin poder recuperarlos nunca más. Porque aunque me duela yo soy aquella persona tan ciega que sigue soñando con aquellos ojos tan dañinos para mi corazón. Tan perdida. Tan desconcertada, siempre en mi mundo. Siempre confundida, como ahora, y es que después de tanto tiempo sigo soñando con esos ojos, sigo soñando con un mundo junto a tí, vivir mi mundo junto a tí, feliz, estrovertida, sin tener que cerrar la boca para no meter la pata. Porque me encantaría poder alcanzar y coger aquellos globos que se me escaparon en aquellos tiempos de inocencia, y que ahora estarán por ahí flotando como seres indefensos junto a aquellas preciosas estrellas similares a tus ojos, esos ojos que tanto anhelo.
Porque sé que ellos lo dicen por mi bien, pero aquellos otros también lo dicen por mi bien, y ¿qué hago?, ¿ahora qué?. Estoy tan confundida, un mar de dudas me inunda en este mismo instante. Por fín logré tener otros sueños, otro él, que al menos creo que me quiere, pero volvistes a aparecer. Tu recuerdo volvió llegar a mi mente perdido, y confuso, tan inocente se cree ese recuerdo que tanto daño hace. Por desgracia no lo sé, no sé que hacer. Creo que así soy feliz, pero cuando llega tu recuerdo me amarga todo, la vida, los sueños, la felicidad, a mi nuevo él. Por eso me encantaría ser un globo; son tan inocentes, tan despreocupados, simplemente se limítan a dejarse llevar por esas corrientes que tanto miedo me dan. ¿Por qué yo no me dejo llevar por esas corrientes?. Supongo que me preocupo demasiado. Ojalá pudiera saber si no me equivoco, quizás las dos respuestas sean equivocadas, pero no lo sé, solo sé que quizás no estaría mal ser egoísta por una vez en mi vida. Darle curso al curso, tiempo al tiempo e intentar ser feliz sin esos ojos que tanto anhelo, pero por desgracia no dejo de pensar en mi peor duda; ¿volveré a ver esos preciosos ojos como estrellas que algún día me enamoraron sin dejarme vivir?. Y pienso que necesito ayuda, y quizás ese ayudante mío sea el tiempo, al que obligaré pararse por mucho que lo odie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario