jueves, 22 de septiembre de 2011

Recordar cada te quiero.

Día tras día releer las conversaciones, los mensajes, recordar las llamadas. Recordar eso pequeños momentos y detalles. Cada vez que recuerdo aquellas llamadas, siempre me detengo en el te quiero deseando cada vez más volver a oírlo, volver a oír tus palabras, volver a oírte a tí, dios, te echo tanto de menos. Cada vez que pensaba que nada podía ser peor ahí estabas tú demostrandome que todo era mejor, con una de tus sonrisas que tanto me encantan. Porque aún recuerdo como el corazón me va a mil cuando te veo, es inevitable, provocas algo en mí que nunca nadie provocó, eras la única causa de mi sonrisa, y ahora no hay futuro. Se vivía genial con la ilusión de morder esos labios que dios, son tan perfectos, me pirran. Recuerdo cada día esperando tu llamada impaciente, cada noche sin dormir pensando en qué decirte al día siguiente, en qué cuento contarte para que pudieras dormir. Ahora ya solo me queda esperar, darle tiempo al tiempo, y desear verte con todas mis fuerzas. Todas las noches sueño con tus ojos, con tu boca, con volverte a ver. Con el reencuentro perfecto, aunque cuando me despierto pienso-¿por qué sueño esto si nunca pasará?. Todo es difícil ahora, ya no tengo tu apoyo, tus te quiero, no veo tus ojos, me faltas. Algo es algo. Dejaré que pase el tiempo, pero seguiré soñando con poder ver esos ojos de nuevo. Dios es tan doloroso recordar, y tan difícil no hacerlo. Ahora solo quiero desaparecer, todo está mal, tú ya no estás, y yo no se que hacer, solo quiero desaparecer, que todo acabe, cerrar los ojos y no volver a abrirlos. Ojalá pudiera volar, posarme en aquella torre, y poder observar todo, sin que nada me afecte, solo mirarte, mirar esos preciosos y perfectos ojos, que son mi delirio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario